Y si, a esta altura de la vida o tenés hombre o tenés perro. Las dos cosas es casi imposible y como hay más perros disponibles me quedo con el perro. En mi caso, es perra. Ja! y qué perra!
No podemos decir que es un ejemplo de docilidad. Pero no me gusta la imagen de señora mayor con perrito chiquito e histérico. Prefiero que mi perra me lleve flameando cual bandera cuando se le ocurre disparar tras las palomas.
Seré una señora mayor con brazos poderosos y fuertes, porque me han salido músculos sólo de pasear a la "cachorrona" que pesa 30 kg.
En realidad este blog tiene que ver más con mujeres que con perros, pero está bueno describirnos cada una en su relación con ellos (o en su no relación, porque no querer a los perros también tiene lo suyo).